Es lo que hice yo este viernes, tirar p'arriba a ver al Knopfler
en Pirineos Sur. Antes escribí este artículo. Así que ahora, cuando
ustedes me leen, todavía no puedo contarles gran cosa del concierto
(amenazado a priori por las tormentas) ni si el gran Mark volvió por sus
fueros de sultán del swing o estuvo tan ñoño y acaramelado como en su última actuación en Zaragoza.
En el monte hace más fresquito y se reflexiona mejor. Si encima te
ponen música de la buena en el pantano de Lanuza (al que los promotores
inmobiliarios de Sallent llamaban lago), mejor que mejor. Buena
ocasión para reflexionar sobre cómo ha quedado dispuesto el nuevo
Ejecutivo de Aragón, el de los buenos propósitos, el que administrará la
herencia de Rudi, el que tendrá a Echenique
vigilando desde la trastienda, el destinado a recuperar todo lo perdido
durante los últimos cuatro años e incluso durante los cuatro
anteriores.
En la alta montaña es preciso andarse con cuidado. Porque los
Pirineos, aunque sea en su vertiente sureña, son hermosos pero merecen
respeto. Hace un par de veranos me caí vadeando un torrente (en la cara
norte, no obstante) y desde entonces renqueo de la pierna derecha. Hay
que extremar la prudencia, ya les digo. Pasa igual que con cualquier
valoración inicial de la recién estrenada DGA: mejor mirar dos veces
dónde pones el pie... o la palabra. Porque, a priori, Lambán
se las ha ingeniado para juntar en el mismo organigrama a personas que
ya estuvieron (o casi) en la pomada y no lo hicieron mal, con otras que
tampoco son precisamente novatas pero no se sabe qué méritos contrajeron
en anteriores destinos para volver a tener cargo. Concretamente, hay
varios ex procedentes del Ayuntamiento de Zaragoza que no
despertarán grandes entusiasmos, como otros que llegan con el mérito
fundamental de haber formado parte del círculo del gran jefe
Javier. Deberán enfrentarse todos ellos a la falta de dinero, pero
también a una estructura administrativa muy poco funcional y que
arrastra lastres pesadísimos. Lo más chungo no viene solo del mandato de
Luisa Fernanda (que se ha limitado a sembrar de sal los mejores
campos), sino también del Marcelinato, cuando se iniciaron o
desarrollaron proyectos absurdos, costosísimos y manejados por gentes
manifiestamente incompetentes. Ahí está esa Corporación de Sociedades
Públicas, que da miedo de solo mirarla. Para herencia... la del PAR.
La tarea del nuevo Gobierno trasciende por su hondura los cambalaches
internos del aparato socialista (donde se siguen decidiendo
nombramientos y encargos a piñón fijo) o la participación de CHA. Hará
falta mucho pulso, mucha inteligencia y mucha creatividad. Veremos. Yo,
de momento, bastante tengo con bajar de Respomuso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario