El escudo republicano no está cubierto por una corona real sino por
una corona mural, representativa de la verdadera soberanía popular. El
otro día, tras las manifestaciones del 1 de Mayo (esas a las que según Esperanza Aguirre y los del carajillo party sólo fueron cuatro gatos) hubo alguna discusión en torno al tema. De lo cual se pasó a cuestiones más serias: ¿Aguantará Rajoy
toda la legislatura? ¿Será sustituido a medio plazo por un tecnócrata
ultraliberal simultáneamente conectado con la derecha política y la
oligarquía financiera? ¿Será Manuel Pizarro (recién incorporado a
la dirección del PP madrileño bajo el madrinazgo de la propia Aguirre)
quien ejerza la tecnocracia? ¿Seguirá siendo nuestro país una monarquía?
¿Caerán los Borbones por su propio peso (o bajo el fuego de sus propias
armas)? ¿Llegara la III República como mera consecuencia de la
movilización democrática contra los ajustes?
Muchas preguntas y
pocas respuestas. España es un país llegado a la actualidad desde el
atraso y la anacronía, lo cual nos sitúa en un espacio extraño e
indefinible donde algunas cosas llegan demasiado tarde y otras son
imposibles porque van a ser planteadas demasiado pronto. Como siempre
habrá que confiar en Francia, cruzar los dedos y a ver qué pasa. La
República la veo muy muy muy lejos. No porque nuestra ciudadanía sea
exageradamente monárquica, sino porque la ocasión de derrocar reyes ya
pasó.
En este sinvivir nuestro único consuelo son los elefantes. Se ha puesto de moda citar el libro de Lakoff No pienses en un elefante
para hilvanar todo tipo de discursos. Hay mogollón de chistes sobre los
amables paquidermos. He visto elefantes tricolores. El hijo de la
Duquesa de Alba, Cayetano, salió en la Feria de Abril a domar
elefantes. Ha sido muy comentado el detalle de que una de la hijitas de
los Príncipes de Asturias apareció en público con un elefante pintado en
su camisetita. En este diario se anuncia una fabulosa travesti,
brasileña y alucinante, que jura tener una trompa de elefante de no sé cuantísimos centímetros.
¿Y si en vez del escudo con corona mural ponemos un elefante en las banderas de la República?
JOSÉ LUIS Trasobares 04/05/2012
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