Bankia (también) está pillada en Arcosur, al igual que otras
entidades financieras. Cabe preguntarse qué valor habrán asignado en los
balances contables de la cajabanco madrileñovalenciana a sus solares en
el futuro nuevo barrio zaragozano. Cualquiera podría suponer que
aquello valer... no vale nada; pero decir tal cosa supondría amargarles
la vida a los arqueros, cuya fe y cuyo tesón resultan conmovedores. Son
ellos, los aspirantes a vivir en aquel remoto lugar de las afueras,
quienes soportan ahora todo el peso de las decisiones que tomaron en su
día traficantes de suelo, financieros y políticos. Son esas combativas y
determinadas personas las que intentan impulsar la última frontera de
la expansión de Zaragoza. Y es tan evidente la intensidad de sus
sentimientos (y de su desamparo) que nadie se siente capaz de llevarles
la contraria en público. Pero todo el mundo (salvo ellos) sabe también
que Arcosur es un mundo perdido, un naufragio urbanístico, un hito
excepcional en el perímetro de la ciudad: hasta aquí llegó la burbuja
inmobiliaria antes de estallar.
La precipitada activación del
descomunal polígono de Arcosur debía seguir el modelo habitual, el mismo
que se aplicó en la conquista del Oeste norteamericano. Primero
llegaban los pioneros con sus carretas (en nuestro caso, cooperativas
que construyen VPO). Después aparecían los primeros pueblos, se
construían precarios caminos, circulaban las diligencias y el Pony Express
(accesos, primeros servicios básicos, primer bar, más VPOs y
unifamiliares libres). Finalmente se tendían líneas férreas, se activaba
el comercio y la civilización se hacía presente de manera definitiva
(autobuses o tranvía, comercios, colegios, centros de salud, desarrollo
de las parcelas destinadas a vivienda libre). Aunque tal esquema ha
funcionado siempre, en el Sur de Zaragoza parece haberse agotado. En
este caso, los pioneros (los arqueros) corren el riesgo de quedarse
perdidos durante años en medio del desolado acampo.
¿Es Arcosur
insostenible urbanística y económicamente? A la vista de las
circunstancias, yo diría que sí. Pero habré de dejar abierto el
interrogante. Por respeto a los arqueros.
JOSÉ LUIS Trasobares 10/05/2012
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