Horas antes de hacerse la foto con la presidenta Rudi, el secretario general del PSOE aragonés, Javier Lambán
desfiló desde Paraíso al Pignatelli a la cabeza de miles de personas
que se manifestaban contra los recortes en Educación. Pero ayer por la
mañana, según dicen los cronistas, tuvo muy buen rollito con su
antagonista política. Ésta le invitó a apoyar la estabilidad presupuestaria
y aquél se fue por la tangente, pues una cosa es ser fiel oposición y
otra comerse a medias el marrón de los ajustes; él propuso un plan de
empleo y ella se hizo humo, que no estamos para gastos. Eso sí, en arquitectura institucional e infraestructuras
hay margen de acuerdo. En materia de travesías pirenaicas, embalses y
rutinas aragonesas, conservadores y socialistas son como hermanos
siameses unidos por ese trozo de carne mortal llamado PAR.
El
caso es que mientras doña Luisa Fernanda y don Javier departían y
compartían su interés por recrecer Yesa o darle el tiro de gracia al
Gállego en Biscarrués, los temas más urgentes de la agenda política
aragonesa quedaron muy en segundo, o tercer o enésimo plano. Está claro
que en esta Ínsula Barataria nada hay más desagradable que afrontar la
realidad tal cual es, y los dos partidos mayoritarios (que llevan
decenios heredándose mutuamente programas, imaginarios y
quimeras) son especialistas en inventarse países de las maravillas donde
distraerse y distraernos de las miserias cotidianas.
De dar
alguna salida a las sociedades públicas y a los proyectos que nos están
crucificando (engullen pasta con una voracidad impresionante), ni media.
De qué alternativas le caben a Aragón en esta crisis, nada. Y lo más
misterioso de todo: ni la una ni el otro han dicho aún esta boca es mía
en relación con el futuro de las cajas de ahorro aragonesas, el motor
financiero (bien o mal empleado, que ésa es otra) de la tierra Noble. Es
inaudito que mientras Ibercaja es azuzada por el Gobierno central a
fusiones indeseadas y la agencia Fitch coloca a Caja3-CAI al nivel del
bono basura, los próceres de esta Comunidad hagan como si la cosa no
fuera con ellos.
Qué calma tiene esta gente. Ni la crisis les sacude la modorra.
JOSÉ LUIS Trasobares 24/05/2012
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