Si Rajoy asegura que España es la locomotora de Europa, bien puede Rudi
proclamar que Aragón lidera la recuperación de España. Lo uno, en
verdad, debería ser consecuencia de lo otro, pues el nuestro es, desde
una visión conservadora y nacional, el más español (junto a Castilla, si
acaso) de los territorios que conforman la patria. Por otro lado nos
hemos metido en un ciclo electoral de larga duración, y ya se sabe que
en tales casos cualquier argumentario vale. La política tradicional es contraria a que la triste realidad pueda chafar a los jefes un discurso o un titular inducido.
El presidente (de España) y la presidenta (de Aragón) sostienen sus
triunfales afirmaciones en algunos datos estadísticos que ellos mismos
han mandado cocinar. Y los sirven a su propio gusto, naturalmente.
Todavía estoy esperando que algún portavoz oficial reconozca, por
ejemplo, que sólo el cinco por ciento del millón y pico de contratos
formalizados en España en el último mes eran indefinidos y abarcaban la
jornada completa (imagínense cómo serían los demás). Tampoco del
incremento constante de la deuda pública (¡y menos mal que los intereses
han bajado gracias a las intervenciones del Banco Central Europeo!) o
del futuro del sistema público de pensiones se les oye decir gran cosa.
En el caso de Aragón, líder y locomotora, cualquier lectura en positivo
de la situación debería señalar, cuando menos, el carácter coyuntural
de algunos datos (por ejemplo los relativos al turismo) y el componente externo
de otros (el peso de GM-Opel en el aumento del empleo y las
exportaciones, sin ir más lejos). Pero lo fundamental está en otro lado.
No sólo seguimos con más de cien mil parados mientras perdemos
población y los jóvenes mejor preparados emigran. Peor todavía es esa
pesada lluvia de noticias que cada día indican cuánto se está
deteriorando nuestra capacidad para mantener el equilibrio social y
garantizar el bienestar de la ciudadanía. Muy diversos colectivos se van
viendo sumidos en el abandono: los dependientes, los que carecen de
ingresos, los enfermos de Parkinson, los que esperan una operación, los
que se quedan sin un techo sobre su cabeza... Los ajustes han debilitado
los servicios básicos y han dejado en la cuerda floja instituciones tan
importantes como la Universidad. Sin embargo la comunidad ha aumentado
de forma muy considerable su endeudamiento (más de seis mil millones
acumulados) y almacena actualmente facturas sin pagar por valor de casi
quinientos millones.
Éste es un liderazgo de cartón piedra. Tan
falso como la atención a Rudi por parte de algunos medios nacionales...
que acaban de suscribir importantes contratos publicitarios con la DGA.
La realidad está en otra parte.
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