lunes, 16 de mayo de 2016

El problema no es la formación, sino la empresa 20160516

El gurú económico de Ciudadanos, Luis Garicano, como otros presuntos expertos, relaciona la incapacidad de España a la hora de armar un modelo competitivo... con el supuesto fracaso de nuestro sistema educativo. Es la escuela y la universidad, se dice, la cazuela donde se cuecen la ineficacia, la falta de iniciativa y, por lo visto, el escaso conocimiento y la nula creatividad de nuestros jóvenes, incluso de los que exhiben un título superior.

No estoy de acuerdo. La realidad desmiente a diario ese empeño en minusvalorar la formación de millones de españoles (especialmente los menores de 30 años). Nuestros estudiantes y posgraduados que salen al resto de Europa (como erasmus, como doctorandos o como profesionales en busca de una oportunidad) dan un buen nivel, suelen estar bien valorados y en no pocas ocasiones triunfan en toda regla. Cada vez más compatriotas, formados en centros públicos, aparecen como referentes de la alta investigación en institutos y empresas extranjeros. Aquí apenas hubiesen tenido alguna oportunidad marginal. Exportamos talento mientras nos debatimos en el cepo de la paradoja: las generaciones mejor preparadas de la historia de España tienen que emigrar o acabar sirviendo sangría en un chiringuito playero.

El problema no radica en la formación, sino en la ausencia de un tejido empresarial capaz de utilizar a los mejor preparados. ¿Para qué nos hacen falta científicos, tecnólogos y analistas altamente especializados, si la industria solo necesita mano de obra extensiva cuyos bajos sueldos enmascaren una no menos baja productividad? Los trabajadores españoles no lo hacen nada mal cuando montan coches para las multinacionales, se desenvuelven en ámbitos productivos avanzados o directamente se buscan la vida por el ancho mundo. Pero este es un país que no fue capaz (salvo alguna excepción periférica) de participar en las sucesivas revoluciones científico-técnicas. Nuestras empresas, en general, no impulsan la investigación avanzada ni necesitan personal altamente cualificado. Ahí está el problema, no en la educación.

JLT  16/05/2016

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