Existe una creciente animosidad contra los políticos y los
funcionarios, cuyos sueldos y gastos constituyen la explicación más
simple, directa y efectiva de la actual crisis (porque, claro,
reflexionar sobre la burbuja financiero-inmobiliaria y los efectos de la
desregulación es demasiado complicado y trabajoso). Por supuesto,
neofascistas y paleofascistas de todo tipo impulsan esa desafección,
encantados de que las instituciones democráticas se hundan en la ciénaga
del desprestigio.
Ahora mismo, el primer premio a la superbicha
política se lo lleva el Estado de las Autonomías, que por aquello de la
delegación de competencias (sanidad, educación y servicios sociales),
resulta ser hermano siamés del Estado del Bienestar; es decir un blanco
perfecto para los partidarios del autoritarismo mercantilista. Y justo
en tan delicado momento, ¿qué hacen los políticos con mando en plaza,
cual es el caso de los mandamases de las Cortes de Aragón? Pues cagarla
de la forma más triste; conectarse en una simbiosis diabólica con los
fachas y los populistas, dándoles la razón. Porque eso y no otra cosa
hicieron los grupos de nuestro Parlamento regional (PP, PSOE, PAR e IU)
al rechazar una atinada propuesta de CHA para suprimir coches y
escoltas, ahorrar un millón de euros y disponer de pastita para pagarles
a los funcionarios de la casa su extra de Navidad.
Bueno, tal
vez los de Chunta fuesen de listos, y quizás sea cierto que, si se
elimina el servicio, haya que indemnizar a quien lo presta (como en el
Plan Red, ¿no?). Pero eso de que todos los miembros de la Mesa y la
Junta de Portavoces de nuestras modestísimas Cortes tengan coche y
escolta es un insulto a la inteligencia y el orgullo de los
contribuyentes. ¿Para qué el coche? ¿Contra quién la escolta? ¿Cómo se
les ocurrió contratar semejante parafernalia? ¿Qué ocurrencia es ésa de
mantenerla contra viento y marea (si acaso negociando un descuento)
cuando es obvio que ha de escandalizar a la mayoría ciudadana?
Desdeñar un factor simbólico tan patente indica que algunos políticos se van del tarro. Menos mal que frau Merkel viene al rescate. ¡Aaarrrggg!
No hay comentarios:
Publicar un comentario