lunes, 13 de agosto de 2012

Tranquilos, que luego vendrán por nosotros 20120813

Algunas personas contemplamos con inquietud y repugnancia las medidas para restringir el acceso a la sanidad pública de los inmigrantes sin papeles. Tales medidas contribuirán a romper el equilibrio social y han sido adoptadas en medio de un miserable alboroto en el que intencionadamente se confunde la atención a ese colectivo con el turismo sanitario y se pretende culpar a los trabajadores extranjeros de saturar el sistema asistencial y abusar de él, lo cual no es cierto.

Pero además hagámonos a la idea de que este primer paso irá seguido de otros (ya está ocurriendo), cuyas víctimas ya no serán gentes venidas de fuera sino españolitos de pro. Sí, pronto vendrán a por nosotros. La atención sanitaria dejará de ser universal y gratuita para quedar vinculada a requisitos más y más exigentes ¿Saben ustedes que ahora mismo, cuando alguien solicita la tarjeta que garantiza asistencia en el extranjero, ya no se la dan si carece de trabajo fijo? ¿Cuánto se tardará en vincular el nivel de cobertura a la situación laboral de cada cual y al monto de sus cotizaciones?

Los recortes golpean poco a poco, sin estridencias. Hoy se suprimen camas en Psiquiatría (Hospital Provincial de Zaragoza), mañana se reduce el número de centros de salud abiertos por la tarde, luego vendrán mayores ajustes en las plantillas de los distintos servicios... En sólo un año las listas de espera en Aragón se han multiplicado por cuatro, creando una situación escandalosa e inaceptable. Miles de pacientes se ven afectados. Y no son inmigrantes.

En pocos años más, la sanidad pública española, una de las mejores y más baratas del mundo pese a todos sus supuestos defectos, se convertirá en algo muy distinto. Está escrito que ha de evolucionar a la americana, con creciente participación de gestores privados y una estricta y cruel selección de sus beneficiarios. El nuevo sistema será más ineficiente, más injusto y más inhumano (es comprensible la preocupación de los médicos ante todo esto). Eso sí, se abrirán nuevas expectativas de negocio. Sólo es cuestión de tiempo... de poco tiempo. 

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