De acuerdo. No resulta fácil escaquearse del tema Adelson,
porque la ruleta y el mamoneo son los mascarones de proa de la
actualidad. El promotor de Eurovegas intenta replicar a Gran Scala (¿en
Madrid?, ¿en Barcelona?) el invento de nuestros viejos amigos de ILD
(los que se retrataban con Iglesias, Biel y otros barandas
del momento) mientras dribla las investigaciones sobre sus actividades
en Macao. Allí este buen hombre es sospechoso de permitir la
prostitución en sus casinos y de sobornar a ciertas autoridades chinas.
Lo cual, si les digo la verdad, me parece de cajón.
Al tal
Sheldon Adelson le hacen guiños las autoridades catalanas modificando
las normativas sobre bingos, y le bailan el agua las jerarquías
madrileñas. Aragón ya vivió algo idéntico. Lo cual me recuerda la
estupefacción de un empresario-empresario (uno de los que mueven la
economía productiva) que no lograba entender por qué las autoridades
(las aragonesas, se entiende) reaccionaban con indiferencia ante
proyectos industriales evidentemente sólidos mientras se dejaban seducir
por las propuestas de cualquier emprendejeta. "Amigo --le
expliqué--, tú trasladas a los jefes planteamientos complejos e
innovadores que les superan porque no dependen de sus maniobras y se
proyectan sobre el medio y largo plazo. Eso no encaja en los paradigmas
político-financieros basados en el máximo e inmediato beneficio, los
pelotazos, las comisiones y la ventaja administrativa (o tráfico de
influencias). España todavía está marcada por los cupos de
importación... y la recalificación de suelo".
Por eso aquí
recibimos bajo palio a personajes que en el resto de Europa serían
auténticos apestados. Por eso, en el Aragón de hoy todavía se intenta
jugar políticamente con la normativa urbanística (véase la última y
sorprendente reforma de la LUA), como si estuviésemos a punto de iniciar
otra burbuja inmobiliaria. Es el reino del apaño, del ladrillo, de la
locura. Las autoridades se empeñan en hundir la industria de las
energías renovables mientras se agachan para escuchar los pedos del
presunto Adelson. Y luego, que hay crisis.
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